
(texto hallado en el doble fondo de la maleta de un hampón de Queens, junto a una etiqueta falsa de Wild Turkey)
CONFLICTOS NUMERALES: decálogo.
1 Primero fue la nada que era caótica, aunque quizás el conflicto llegara con el todo desordenado.
2 La luz dominante sólo debe ser concebida como un efecto natural de la invisibilidad en la visibilidad.
3 Cuando veo un bosque de secuoyas no puedo reprimir una truculenta sensación de plenuitud sexual, recuerdo vidas que no he vivido y a ancestros que mi ADN ha inhibido.
4. Echar la gasolina en el depósito, cebar de lúbrico aceite el engranaje, embragar, tirár de la cuerda y arrancar. Un cortacesped no es un laberinto griego.
5 El estudio de la huella humana por África, mi Loba Capitolina, me es tan indiferente como un meteorito que hendiese, con su carga energética exorbitante, la península del Yucatán. Si ha pasado, yo no fui testigo.
6 Veo todos los días las mismas caras, temo que un día la mía se convierta en la de ellos y la de ellos se modele como la mía. Hay que reducir a cero la endogamia del funcionariado de la ONU.
7 Las selvas de Borneo se acercan a mi concepción deformada y especulativa del paraíso, creo que jamás iré por allí, no se me ha perdido nada en el paraíso, me quedo con el pecado carnal de la urbe insatisfecha.
8 El ladrón es como un hombre cualquiera, al cual, sin importarle la coincidencia, ambos homínidos razonables, roba.
9 Honrarás al policía que patrulla tu barrio porque va armado y tú eres sólamente una frágil estructura ósea recubierta de una maraña mórbida de tejidos.
10 Dios está en todos los lugares en donde la savia mane, los pájaros trinen, la clorofila abunde y los lozanos leñadores canadienses, vestidos por entero de franela, acaben con lo antes citado sin inmutarse. Dios también estuvo en el principio, cuando la nada, el todo y el caos.
Por Frank Deporto
4. Echar la gasolina en el depósito, cebar de lúbrico aceite el engranaje, embragar, tirár de la cuerda y arrancar. Un cortacesped no es un laberinto griego.
5 El estudio de la huella humana por África, mi Loba Capitolina, me es tan indiferente como un meteorito que hendiese, con su carga energética exorbitante, la península del Yucatán. Si ha pasado, yo no fui testigo.
6 Veo todos los días las mismas caras, temo que un día la mía se convierta en la de ellos y la de ellos se modele como la mía. Hay que reducir a cero la endogamia del funcionariado de la ONU.
7 Las selvas de Borneo se acercan a mi concepción deformada y especulativa del paraíso, creo que jamás iré por allí, no se me ha perdido nada en el paraíso, me quedo con el pecado carnal de la urbe insatisfecha.
8 El ladrón es como un hombre cualquiera, al cual, sin importarle la coincidencia, ambos homínidos razonables, roba.
9 Honrarás al policía que patrulla tu barrio porque va armado y tú eres sólamente una frágil estructura ósea recubierta de una maraña mórbida de tejidos.
10 Dios está en todos los lugares en donde la savia mane, los pájaros trinen, la clorofila abunde y los lozanos leñadores canadienses, vestidos por entero de franela, acaben con lo antes citado sin inmutarse. Dios también estuvo en el principio, cuando la nada, el todo y el caos.
Por Frank Deporto
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