Me gusta destrozarme los pies con unos buenos, bonitos, ligeros y bellos manolos.En la verticalidad de unos manolos es cuando el mundo cobra una dimensión distinta y esperada. Hasta que no me calcé unos por primera vez en mi vida, todo era anodino, como pasado por un chino, pura pasta de macilenta de un mismo ir y venir. Los manolos lo cambiaron todo, incluso mi vida laboral. De la sentimental mejor no hablar aquí.
8 comentarios:
Excelente bienvenida a tu blog! :-)
Encantado de conocerte...
Cortazar, Rocamadour, que mas? Excelente. Gracias por este regalo.
Fantástico. Lo mejor que jamás había oído, sentido y visto. Con un poco de remolacha, todo se ve con un poco más de optimismo.
Bueno, está claro que a todos nos gusta Cortázar...aunque lo de Don Silencioso es una pasión desmesurada.
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