jueves, agosto 20, 2009

Antes de comer un pescado al horno


Un día, limpiando la poda, echando las ramas secas en sacos de lona, me dije: tiene que ser un buen asunto (y de inspiración romántica...Es decir, decimonónico, al estilo Lord Byron, por ejemplo) trabajar de basurero. Montado en el camión, agarrado a un asidero de metal, con guantes y buzo, con gorra si el tiempo es frío, de noche. Debe de ser un trabajo atractivo. Los contenedores son mundos aparte. Quizás, como los armarios y los espejos, estén todos conectados entre sí, y un mal paso, una caída fortuita dentro de uno de ellos, te transporte a un país africano, a un callejón tropical, donde, al asomar la cabeza, los vecinos, negros como el tizón, te confundan con un albino endemoniado, y te hagan ofrendas absurdas y sin sentido, pero tú, haciendo gala del lenguaje universal de los gestos, les dirás que no, que es innecesario todo ese agasajo, que lo único que quieres es una Coca Cola y un cigarro, que la vida puede ser estupenda cuando se tiene lo justo, como pretendía admitir Diógenes, y que si son tan amables te señalen una buena sombra de Baobab, o de cualquier otro árbol desterrado del paraíso, que no le haces ascos a ninguna sombra, más con ese calor. Entonces ellos te mirarían escandalizados, porque su relgión les ha pintado los demonios sonrosados de otra manera, y eso les deconcierta, que aparezcas tú, tan blanco, tan pálido y tan transparente con esas exigencas tan minúsculas. Tú les dices: no me gusta Kipling, demasiado autobiográfico, si no hay Coca Cola mejor será que vuelva a mi ruta ¿no? Ellos se encogerán de hombros, notendrán nada más que decir por gestos, se volverían a lo suyo, cerrando la tapa del contenedor. Y tú volverías a tu tarde boreal, en un vecindario muy chic, pero con cubos de basura igualmente, y esqueletos de manzanas a medio comer, y perros sarnosos. Seguirías tu ronda. Mientras tu compañero se ríe y el conductor del camión jura en rifeño.


Un saludo a Deporto
Imagen: Paul Klee


2 comentarios:

Toni P. dijo...

La aurora boreal me había nublado la cabeza y hacía bastante tiempo que no me pasaba por aquí. Sabes que adoro tus relatos. Adoro su estética. Me encanta el Barroquismo. Me encanta Rubens.

Los mayores placeres de la vida, una lata de Coca-Cola y un cigarro, y esporádicamente alguna cerveza con una grata compañía.

Basurero es una de las profesiones más desatinadamente sugestivas. Pero mucho mejor puede resultar la tarea que tradicionalmente vienen realizando los morenos de piel; me refiero a buscar entre los contenedores multicolores basurientos objetos para su reventa en el rastro. ¡Viva el barrio del Cabañal!

Anónimo dijo...

A Frank Deporto: soy Alba no consigo la manera de volver a contactar contigo, dudo que llegues a leer este mensaje que quedará perdido, si afortunadamente lo leyeras...tenemos una larga conversación pendiente.