
Nació un 10 de mayo de 1953 en Siracusa, Sicilia, en el seno incómodo de una familia de agrimensores escandinavos. Su vida se circunscribe a los lugares de sombra por los que transita. Así, a la sombra del mundial de España 82, embarca de polizón en un carguero moldavo que, de manera insospechada para él, toma rumbo a las Indias Neherlandesas.
Molesto por este hecho decide aborrecer al capitán del barco y abandonar su clandestinidad en Monrovia, Liberia, aprovechando el rezo de maitines de la tripulación. Haciendo uso de la laxitud de las autoridades, hecho decisivo en su carrera, se convierte en ciudadano liberiano y, a efectos de su fuero interno, a partir de ese momento, en lo que él denomina: negro nocturno. En 1985 se matricula en la Universidad Episcopaliana de Libera (ELU), donde cursará con brillantez estudios de Ingeniería espacial. En 1986, licenciado con honores entra a trabajar en prácticas en la oficina para asuntos liberianos (Liberian Office Affairs- LOA). Su progreso en la administración liberiana es ejemplar. En 1990 es agregado cultural en la embajada de Nueva York.
Es en esta ciudad donde comenzará a escribir. La influencia de sus amistades bajofondinas es constante. Para completar su sueldo, del que nunca se quejó como buen liberiano, encuentra un empleo de jardinero municipal. Su habilidad para los rododendros, los heliotropos, las hortensias, las malas hierbas, las gramíneas perdigueras, los pugnaces tallos de remolacha, los chopos carolinas, las perlas cultivadas, los bolsos abiertos y abandonados, le hacen un nombre en el negocio. En esta época sus escritos conocidos se condensan en cinco servilletas de papel arrugadas con el membrete Berníe´s. Su estilo es amigo de lo ajeno, impropio, ripioso y escaso. Son sus comienzos. En 1993 abandona el sector público y es contratado por la empresa El tesoro del Jardín (Garden Treasure- GT). En diez años con ellos escribirá sus mejores letras; las novelas: Abalorios anquilosados, Albaceas de fin de semana y Alhambra mancillada de bosques. Todas ellas perdidas. Su difusión fue esforzada, fueron editadas por la empresa GT, en su colección Aperos y Útiles de Jardineria, pero reducida. La sombra vuelve a acechar.
En 2003 abandona los bajos fondos de Nueva York y presenta su dimisión al gobierno liberiano. Compra una moto y decide cruzar los EEUU hasta California. Su idea es no volver a trabajar en la vida. En California conoce a una rica heredera de la que se dice que mantiene un parentesco lejano con los Romanov. Ella siente una atracción africana irresistible. Deporto escribió (en Daily Sacramento News, octubre 2004): "no sé si fue mi falsa negritud, mi falso pasaporte liberiano o mi falsa lengua infiel lo que la atrajeron, pero a los dos meses nos habíamos casado." Y a las dos semanas se habían divorciado.
Aun así continúan viviendo juntos, cohabitando, teniendo ayuntamiento carnal, riñendo sin piedad, destrozando la porcelana china que regalo del emperador de Manchuria, coleccionando sellos, copulando en lugares públicos con la mayor discrección y, sobre todo, escribiendo juntos. Odiándose y queriéndose sinceramente se mantienen en la más absoluta, pero denonada, sombra literaria.
Frank Deporto
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