sábado, noviembre 05, 2005

J.Titania Dimitrova (1980)


Dimitrova, primogénita del famoso enólogo liberiano, Frank Deporto, nació en el extrarradio de la bahía de Gelberson en el seno de una familia con antecedentes hipotecarios.

Defensora acérrima por la igualdad de género, puso en boga el Complejo de Electra (hasta el momento reservado a los varones en su modalidad Edipo). Su primera crisis freudiana, con escasos 5 años, le impulsó a rasurar el cabello y privar de sus fastuosos trajes de época a lo que hasta la fecha había constituido la colección privada de muñecas de porcelana de su padre. Convertida ya por entonces en la niña con más fondo de armario del correccional de menores, paseaba por el patio ataviada con aquellos ceñidos vestidos repletos de brocados y ornamentaciones mil, con porte rígido y altivo y dejando entrever los bostezos de su adolescencia; quizás fuese este compendio de circunstancias lo que prolongó su instancia en el centro.

La educación e instrucción de Titania durante todo este período estuvo en manos de un seminarista con asignaturas pendientes del primer curso de reflexología. Tal vez fuesen los intercambios de alegorías y sonetos de dudosa moralidad religiosa o tal vez las lecciones de podología debajo de la mesa del comedor, las que tempranamente encendieron la bocanada del macho. La testosterona les condujo la noche del domingo de 1995 a un ático de 30 m² donde ambos se conocieron sobre la alfombra azteca propiedad de un antiguo guardabosques húngaro. Al salir a la luz el idilio y ante la inminente castración que esto suponía para el discípulo de Dios, ambos planearon una huida en la furgoneta del proveedor de lácteos quien fue ingresado por una indigestión con pronóstico reservado.

Un error en la lectura del predictor fue el desencadenante de un enlace fugaz en las dependencias del ayuntamiento de Oklahoma. Fruto de dicho santo sacramento fue la instauración del actual apellido de Titania en honor al decimotercero zar ruso y el nacimiento del primer hijo bastardo del seminarista en una adopción ilegal con ataque al consulado siberiano.

Su primera obra “Mujer sin sombrilla sobre diván de estampado floral” (1998) le otorgó un gran prestigio entre los mecenas quienes valoraron sus antecedentes cubistas. Tras ésta, se sucedieron otras obras con igual aceptación entre el público entre las que destaca “Mujer escandinava sin suelto en el bus” (2001).

Titania, actualmente divorciada y casada en segundas nupcias con un fabricante eslovaco de títeres al por mayor, reside al sur de California junto a Frank Deporto donde ambos trabajan en la que será su próxima novela “La concubina y el alguacil lisiado”.
J. Titania Dimitrova

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