martes, octubre 17, 2006

Filifor forrado de niño (prefacio)

la tortura del verdor infrahumano, de los pimpollos, hojitas, botones
o la tortura del desarrollo no-desarrollado
o quizá el dolor de la forma no formada
o el pesar de ser creado, en nuestro yo, por otros hombres
el sufrimiento de la violación física y psíquica
la tortura de dinamizantes tensiones interhumanas
la curva tortura, todavía no aclarada del todo, del desvío psíquico
la molestia marginal de la luxación psíquica y la pifia psíquica
la incesante pena de la traición y la disonancia
el sufrimiento automático del mecanismo y el automatismo
el sufrimiento de la analogía y el analógico sufrimiento de la simetría
la análitica tortura de la síntesis y al sintética tortura del análisis
o, a lo mejor, el sufrimiento de las partes del cuerpo y de la perturbación referente a la jerarquía entre los miembros sueltos
aflicción del infantilismo benigno
del culito, de la pedagogía, del escolarismo
de la inocencia e igenuidad inconsolables
del alejamiento de la realidad
de la quimera, ilusión, divagación, ficción
del idealismo superior
del idealismo inferior, burdo y rinconal
de los sueños de segundo orden
o quizá el tormento asombroso del achicamiento, empequeñecimiento
tortura del candidato eterno
de la aspiración
del aprendizaje interminable
o quizá, sencillamente, la tortura de esforzarse por superar más allá de sus propias fuerzas y la consiguiente tortura de nopodermiento general y particular
erosión de la superioridad
sufrimiento de despreciar
sufrimiento de la poesía superior e inferior
la tortura sorda del estancamiento psíquico
tormento torcido de lo torcido, de la cogida desleal e incorrecta
o, más bien, la congoja de la edad en su sentido general y particular
tortura del anacronismo
tortura del modernismo
sufrimiento a causa de la formación de nuevas capas sociales
dolor de los semicultos
dolor de los incultos
dolor de los cultos
o quizá, sencillamente la tortura de la indecencia microculta
el dolor de la estupidez
de la sabiduría
de la fealdad
de las hermosuras, encantos, hechizos
o, puede ser, el sufrimiento de la mortal lógica y consecuencia en la tontería
desconsuelo de recitar
la desesperación de imitar
el aburridor tormento del aburrimiento y del repetir siempre lo mismo
o, posiblemente, la hipomaniacal tortura hipomaniacal
la indecible tristeza de lo no indecible
la tristeza de la no-sublimación
el dolor del dedo
de la uña
de la muela
de la oreja

Por Witold Gombrowicz

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Gombrowicz trató de atraer hacia su novela lo cómico que hay en la vida. Después de su lectura, ni el lenguaje ni nuestros movimientos pueden ser más que una mala copia de su rocambolesca propuesta. Lo solemne y lo serio caen irremediablemente en el apartado de su misma visión irónica cuando no del circo. Hubo mucho de Gombrowicz aquella noche en que no dejaste de ser una adolescéntica presumida conquistándome sin darte cuenta.
Me alegro de que te gustara.
Ferdydurke.

Anónimo dijo...

Toca, toca tu melodía sobre mí, esa melodía moderna que todos cantan en las confiterías, las playas, los dancings, esa melodía tuya de la juventud mundial en pantalones de tennis. Canta sobre mí el modernismo del blanco pantalón de tennis. ¿No quieres?

Esperaba que me dijera algo de la pierna, que la pierna le dolía porque se había torcido un tendón.

"Me duele la pierna porque me torcí un tendón. Tú tomas whisky, Annabelie..."

Saludos Ferdydurke

Anónimo dijo...

Cuando te miras al espejo opinas. Piensas algo de tí cuyo reflejo te está diciendo, ¿verdad? Ahora piensa en cuantos espejos te has mirado. Supongo que muchos, casi incalculables. ¿Todos ellos te decían lo mismo?

Pero además de los espejos, hay infinidad de lugares donde poder ver tu reflejo ¿Todos ellos te dicen lo mismo?

A grandes rasgos todos te van a decir que tienes el pelo de una forma, que tu perfil es de tal otra, que tienes dos ojos, dos orejas, dos cejas... en fin, ya me entiendes. Todos te dirán lo más superficial que posees, pero cada uno distorsionará a su manera los pequeños detalles. En un reflejo puedes ver que tienes las pestañas largas y en otro que te ha salido un grano. Uno te oculta unas cosas y el otro te hace ver cosas nuevas que creías no tener.

¿Qué mas reflejos hay? piensa un lugar brillante que poseen todas las personas. Exacto, sus ojos. Ahí puedes ver también tu reflejo, pero aún más, ellos pueden ver otro reflejo tuyo, que será similar o no, pero siempre serás tú.

¿Qué quiere decir todo esto?

Puedes tener tu percepción aquí y ahora, que será distinta del aqúí y ahora de otra persona y también será distinta del allí y mañana para tí mismo.

Anónimo dijo...

Dénle su jarabe al cerdo, se ha portado mal

Anónimo dijo...

Nene-rimmel las madalenas llevan calcio. Pon solución al descenso pélvico al que te somete tu incipiente osteoporosis.

Anónimo dijo...

Estimada arcallata, pensé que lo sabías, pero visto lo visto te diré que el cerdo lleva potasio, tan volátil como digno. Comprueba tus curvas preciosa.